La gran producción de carne vacuna determina que sea esta la de mayor consumo en el país (en muchos períodos el consumo anual per cápita ha superado los 100 kg, y durante el siglo XIX rondaba los 180 kg per cápita/año). En efecto, desde principios de siglo hasta recientemente, Argentina lideró el ranking mundial de consumo per cápita de carne vacuna.12
De modo semejante, las enormes producciones trigueras hacen que el pan más común sea el pan blanco de harina de trigo y explican en gran medida el éxito de ciertas comidas difundidas por la gran inmigración italiana, entre ellas la pizza argentina, extremadamente popular, caracterizada por tener mayor grosor de masa que las italianas.
Es de notar que, además de las distinciones regionales, existe una distinción muy importante entre la gastronomía netamente urbana, la de zonas menos urbanas y la de zonas rurales, más tradicionales. Otro conjunto de diferenciaciones está dado por los estratos socioeconómicos.
Aunque existen comidas argentinas comunes en toda la extensión del país (asados y el chimichurri, los churrascos y milanesas, el dulce de leche, los alfajores, las empanadas de carne, el locro, el puchero, el guiso carrero (con fideos),3 el guiso de arroz y el mate —especialmente el amargo—, pueden distinguirse cuatro regiones gastronómicas principales, las cuales se describen a continuación tomando como criterio la cantidad de habitantes de cada una de ellas en 2005 y 2010.